Nuevamente recurrimos a los consejos de nuestra experta entrenadora personal, para ponernos en marcha después de mucho tiempo de inactividad. En esta ocasión, vamos a tratar de los errores más comunes que cometemos los aficionados al runnig, al tratar de coger la forma física que teníamos antes del parón por la pandemia o por una lesión.
Esta nueva lección que nos regala Alba, la vamos a emitir en dos publicaciones consecutivas. En la primera publicación pondremos la introducción, y los tres primeros errores y en la siguiente publicación, los cuatro errores siguientes.
Cedemos el teclado a Alba Manjón.
ERRORES QUE NO TE DEJAN PROGRESAR
¡Muy buenas corredor! Otra vez por aquí. Espero que la “Guía de Planificación de la Temporada del Corredor Popular” te fuese útil. Aún si no lo has puesto en práctica, quizás te haya dejado ciertos conceptos más claros.
Como comentábamos, el objetivo de la mayoría de corredores, sino de todos, es progresar. Progresar en marcas, en sensaciones, en tiempo de actividad, en salud, etc. Y para ello es necesario un determinado plan con los pasos a seguir. Sin embargo, por muy premeditado que tengas el entrenamiento, por muy bien que quede en tu cabeza, o en el papel, en la práctica todo cambia.
EMPECEMOS.
Al igual que planificar es esencial para no dejar los resultados en manos del azar, debemos ser conscientes de que lo normal es que debamos hacer cambios en nuestra planificación inicial. Y tan malo es hacer demasiados como no hacer ninguno.
La mejor planificación es aquella que contempla la posibilidad de realizar cambios a lo largo de su ejecución. Ya puedes ser el mejor planificando, el corredor con más tiempo del mundo para entrenar, que son tantas las variables a tener en cuenta, y otras tantas las que no puedes controlar, como el estrés, una enfermedad, una lesión, el tiempo climatológico, el mal descanso, etc., que tu planificación sufrirá inevitablemente cambios.
Y esto no significa que lo hayas hecho mal, o que te hayas equivocado, o que no estés entrenando bien. Al contrario, personalmente me guiaría más por las sensaciones en el avance de las sesiones planificadas, que en seguir a rajatabla mi planificación por no salirme del plan. Veamos un ejemplo. Mantenerse en el plan inicial por cabezonería significa, por ejemplo, realizar un entrenamiento de 8 kilómetros a ritmo en un día de mucho viento y lluvia. Imaginemos que la carga que normalmente supondría este entrenamiento en buenas condiciones climatológicas es de un 7 sobre 10. Si pretendemos sacar este mismo entrenamiento el día que toca, “porque toca”, con mucho viento y lluvia, quizás la carga se elevaría a un 9 o incluso no podríamos acabarlo a ese ritmo.
Al día siguiente habríamos planificado series de 1000 metros, porque el entrenamiento anterior, en teoría, implicaba una carga de 7 y por lo tanto 24 horas de recuperación iban a ser suficientes. Pero sigues cansado y fatigado del día anterior, porque realmente con una carga de 9 necesitarías más de 24 horas. Pero decides hacer el entrenamiento, “porque es lo que toca”, y todas las series se te van 5” arriba de lo esperado. Y ese entrenamiento vuelve a costarte más de lo planificado. Arrastras demasiada fatiga, o te frustras. Entonces, ¿no sería más inteligente dejar otro día de descanso entre sesiones? ¿O cambiar el tipo de trabajo, un rodaje más suave a modo de regeneración?
Este es simplemente un caso hipotético de cientos que te puedas encontrar. El corredor que sea capaz de solventar todas estas situaciones, y adaptarse “a la vida real”, siempre teniendo de base su planificación inicial, mejor entrenador será.
ERROR 1. TE ESTÁS QUEDANDO ATRAPADO EN TU PLANIFICACIÓN INICIAL EN LUGAR DE ADAPTARLA A TÍ
Muchas veces el problema radica en que el corredor que se entrena a sí mismo no es capaz de autorregularse. ¿Cuánto esfuerzo me supondrá este entrenamiento? ¿Cuánto tiempo necesitaré para recuperarme? Son dos preguntas clave para progresar adecuadamente, y muy difíciles de contestar, sobre todo en corredores sin la experiencia suficiente.
En un laboratorio de fisiología del ejercicio podríamos acercarnos a una respuesta. Pero no será una respuesta absoluta ya que depende de demasiadas variables. En un laboratorio estas variables se pueden controlar hasta cierto punto, pero fuera, en el campo, en la pista, en el asfalto, no las podemos controlar. Y de ellas dependerá tanto la carga de entrenamiento como la recuperación requerida.
Una vez más, no podemos más que jugar con las cartas que tenemos, e intentar acercarnos todo lo posible, y eso es entrenar inteligentemente. Recuerda que el entrenamiento es a la vez una ciencia y un arte, como vimos en la primera parte, la “Guía de Planificación de la Temporada del Corredor Popular”.
ERROR 2. NO CUANTIFICAS BIEN LA CARGA DE TUS ENTRENAMIENTOS
Por lo tanto, si ser fiel a tu planificación inicial implica no poder mantener el ritmo, por una cuantificación de la carga errónea, la calidad de tus entrenamientos disminuirá, aumentará el riesgo del sobreentrenamiento y de lesiones.
Recordemos que uno de los pilares para la consecución de objetivos es la constancia en el entrenamiento. Una lesión, un periodo de estrés, una enfermedad (o una pandemia), o la desmotivación, etc. nos puede dejar fuera de juego en cualquier momento. Y esto es así, son situaciones que no dependen enteramente de nosotros. ¿O sí? Lo veremos más adelante.
De cualquier forma, y teniendo en cuenta lo anterior, igual de importante es no caer en el error 1 de no realizar ningún tipo de cambio en la planificación inicial sin adaptarnos a los contratiempos que se nos van presentando, como no caer en lo error opuesto: realizar demasiados cambios sin razón teórica de entrenamiento. Es normal estar con cierto grado de fatiga tras una sesión dura, o que algún día apetezca menos entrenar. Hay que diferenciar una cosa de la otra. Esto te impedirá seguir la progresión de tu plan de entrenamiento
ERROR 3. NO ESTÁS SIENDO CONSTANTE
No podemos cambiar el hecho de tener que quedarnos encerrados en casa debido a una pandemia -como pasa en abril de 2020, momento en el que esta guía está siendo escrita-, u otras situaciones que escapan de nuestro control; pero sí que podemos reducir el riesgo de caer en el sobreentrenamiento, el burn out (sobreentrenamiento a nivel mental) o por lesión. Veamos cómo.
“No se trata de cuánto entrenes, sino de cómo entrenes” Rick Niles.
El primer paso es crear una buena base que sustente todo el entrenamiento de las etapas posteriores. Piénsalo, si no hay base de sustentación, ¿dónde se apoyará todo el trabajo de carga posterior (series, rodajes a ritmo, etc.)?
Para entrenar inteligentemente hablábamos de conseguir las máximas adaptaciones entrenando lo menos posible. Por lo que, siguiendo con este principio, en nuestra primera semana de entrenamiento no vamos a entrenar 5 kilómetros 5 días a la semana, siendo capaces de progresar igual con 5 kilómetros 3 días a la semana, por ejemplo. Así, además, nos ahorraremos fatiga y nos recuperaremos mejor para poder seguir entrenando la semana siguiente y ser constantes. Ten siempre presente que la constancia debe servir como base para todas las decisiones a tomar sobre nuestro entrenamiento.
Contacto de Alba Manjón
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correo: albamanjonc@gmail.com