EL HOMBRE MARATÓN
Otro atleta que ha pasado por las filas del Club
Atletismo San Clemente es, Manuel Ruiz-Gómez de Fez. Estamos ante un corredor
conquense de raíces canarias. Su madre era de Las Palmas y él vio la luz en la isla
de Lanzarote, concretamente en Arrecife, el 8 de agosto de 1962. Allí vivió hasta los
cuatro años. Luego, su familia se traslada a
Huete donde reside hasta los 9. A partir de entonces, es cuando inicia su estancia en la capital
conquense.
Aunque siempre le gustó el deporte de niño, lo cierto es
que lo practicó de forma informal, siendo el fútbol el que se llevaba la palma.
(Lógicamente, además de ser el preferido en esas edades, el resto de los
deportes eran minoritarios, con precariedad de monitores y entrenadores para
introducirlos). Así pues, su afición por la carrera se demoró hasta cumplido el
servicio militar. Cuando llegó a cuenca tras licenciarse de la mili, de manera
esporádica, comenzó a trotar con los amigos.
En verdad, es que,
porque se sentía bien corriendo, o porque le suponía un reto y un estímulo en
su día a día, o vete a saber por qué, el caso es que un día se le metió en la
cabeza abordar una maratón. Estamos en 1988. En aquellos tiempos no había mucha
información sobre la manera de entrenar esta disciplina atlética, ni del
material a utilizar ni mucho menos de aspectos personales como la incidencia de
la alimentación en la salud de un maratoniano. Sin embargo, tuvo la suerte de
dar en Cuenca con un grupo de atletas que tenían experiencia en maratones: Arturo
Rodríguez, Ángel Valero, Paulino Mayordomo, Fermín Herraiz y Adolfo del Horno
poseían muy buenos registros en las diferentes maratones que habían corrido a
lo largo de la geografía española. Precisamente, fue uno de ellos, Adolfo, quien realmente le mete el gusanillo en el
cuerpo, entre otras cosas, dándole a conocer la revista Corricolari, pionera en
estas lides, y prestándose a confeccionarle a Manuel un plan de entrenamiento
que le permitiera afrontar con éxito el
reto de finalizar los 42,195 km que completan la prueba “reina del atletismo”.
Pero, antes le aconseja que se pruebe en competiciones de distancias más cortas.
De ahí que se inscribiera en la I Vuelta a pie a Cuenca, su bautismo como
corredor de fondo. Manuel tiene siempre en la cabeza esta prueba, pues coincidió
unos días antes del nacimiento de sus hijos mayores (gemelos) y su ritmo por
debajo de los cinco minutos por kilómetro era el homenaje que les brindaba en
las vísperas de su llegada al mundo.
A partir de ese instante,
decide debutar al año siguiente en la maratón de Valencia. Los entrenamientos
los realiza en Sisante, que es donde ejerce de maestro. En principio, según el
plan de entrenamiento, se limita a rodar distancias de fondo. (Las series,
cuestas y cambios de ritmo aún no los incluye en el plan).
El último día del año 1988 se calza las zapatillas para su
segunda carrera, la del “Pavo de Cuenca”, la San Silvestre conquense. Sus seis
kilómetros y medio es la última distancia en competición antes de la maratón.
Por fin el 5 de febrero de 1989 se ve delante de la línea
de salida de la maratón valenciana. Es el sueño que un tiempo atrás le llevó a ponerse unas zapatillas, vestirse
con un calzón y una camiseta y correr
sin prejuicios. Cuando Manuel evoca esa fecha, le afluyen a la cabeza esos
instantes de incertidumbre que, bien por
riesgo de una contractura, un desfallecimiento o un pequeño accidente, podría
haber dado al traste con los muchísimos
kilómetros que llevaba en sus piernas para presentarse bajo la pancarta.
Entrenando ha llegado a correr hasta treinta kilómetros y se dice que el está
allí para terminar, por lo que tras el pistoletazo de salida se coloca junto al
práctico de las cuatro horas, tiempo en el que según los chequeos de entreno se
ajusta sobradamente a su estado de forma física, dejándose los nervios nada más
comenzar a correr.
Se siente cómodo, los
kilómetros van cayendo y él sigue su plan: ajustarse al ritmo de las cuatro
horas e hidratarse cada cinco kilómetros
a base de agua y sales minerales. Aún pudiendo aumentar la velocidad
sobre el kilómetro treinta, se siente cauteloso porque ha oído hablar numerosas
veces del temido muro que se le presenta en ese punto a los maratonianos, un
bajón que puede dar al traste con su ilusión. Manuel sabe que en su debut lo
importante es llegar a meta y aunque se ve muy bien de fuerzas decide quedarse en
el grupo. Y sólo en el cuarenta, a falta de dos kilómetros para meta, confiado
que nada le va a parar, se lanza para adelante y logra parar el cronómetro en
cinco minutos por debajo de las cuatro horas.
Manuel cuando charla de
atletismo en las tertulias y comparte con otros corredores estos momentos,
reconoce que tiene grabado en su memoria el final de su gran primer reto,
el de terminar una maratón, “y encima
con un tiempo que para mí era extraordinario”. Muy
contento por haber podido cumplir su desafío personal, y a pesar de no haber
pruebas por cuenca y provincia (sólo la “Carrera del Pavo”) , no deja el
entrenamiento.
Así, decide inscribirse
al año siguiente en la maratón de Madrid. Su recorrido, debido a sus numerosos
desniveles, es bastante más duro y
exigente que el de Valencia, pero es una prueba con mucho reclamo popular. En
esos tiempos era la de más participación y animación de las que se daban en
España. Dentro de su preparación, participa en la “Hoz del Huécar”, cuya
distancia de 15 kilómetros y dureza la hacían aconsejable como test previo.
Y el 29 de abril de 1990 se ve por segunda vez delante de
la línea de salida de una maratón. Ahora ya con los antecedentes de Valencia y
sabiendo realmente a qué se va a enfrentar. Además va a correr junto a Samuel
Igualada, otro corredor conquense curtido en distancias largas. La experiencia
y la minuciosa preparación, hace que baje su marca de Valencia en venticinco
minutos (3 horas 29 minutos y 53 segundos), un registro muy loable, pues
resulta una media por debajo de los cinco minutos por kilómetro.
La tercera vez que
Manuel Ruiz se acerca a la distancia de los cuarenta y dos kilómetros es el 15
de marzo de 1992, en Barcelona, que
Manuel Ruiz correría junto a su amigo Luis Miguel Hortelano. El
aliciente para los atletas populares era circular por los mismos lugares que
meses después (en agosto) seguirían los maratonianos en los Juegos Olímpicos.
Ese mismo año corre la Novena Edición de la Media Maratón de Rus, en San
Clemente. Manuel, recordando esta prueba, destaca su enorme exigencia, en
particular durante el trayecto de vuelta, desde la ermita hasta la villa
manchega.
En el año 1993 nacen sus hijas, también gemelares, lo que le
impide participar con regularidad en las competiciones populares. No obstante,
él sigue entrenando y colabora con clubes de la provincia. Tal es el caso del
Club Atletismo Cuenca que organiza todos los años la subida a la Ciudad
Encantada como acto social y al que Manuel Ruiz es invitado para recorrer veinticinco
kilómetros de enorme dureza y que luego acabará en una verdadera fiesta del
atletismo, departiendo todos los corredores sus experiencias alrededor de una
caldereta.
Prácticamente, está sin
competir hasta el 2000, en el que de nuevo acude a la maratón de Valencia (3
horas 13 minutos y 3 segundos); más
tarde hará los 20 km Adidas, también de
Valencia (1 hora 19 minutos 50 segundos), La
Hoz del Huécar (57 minutos y 12 segundos, su mejor marca en la prueba), el I Gran Fondo Popular de Rus en San Clemente
de 20 km (1 hora, 23 minutos y 2
segundos) y la Media Maratón de Albacete (1 hora, 25 minutos y 55 segundos).
Para él son unos resultados inolvidables.
Su vínculo con la
maratón se estrecha cada vez más, no dejando de asistir a ninguna de las
pruebas más emblemáticas. Pero, quizá, dentro de su experiencia maratoniana, el
reto más significativo fuera el de la maratón de Madrid de 2003. Su meta es
bajar de las tres horas, para lo que se prepara a conciencia con Miguel
Hortelano. Su entrenamiento cambia radicalmente: ya no se limita a los rodajes
solamente, sino que también trabaja las
series y cambios de ritmo. Además, cuida
la alimentación lo que le hace perder peso. Y el 25 de abril por fin llega el
gran día para lo que se ha preparado durante medio año, sacrificándose,
entrenando meticulosamente y cuidando los más mínimos detalles. Con la camiseta
verde del Club Atletismo San Clemente (había fichado ese año con este club) Llega
al temido kilómetro 30. Pero, se siente con fuerzas y en el 36 decide que ya no se le
puede escapar el objetivo que tanto le ha costado entrenar, que ya no puede
fallar, y consigue al final pasar la meta en 2 horas 58 minutos
y 25 segundos.
Ese mismo año se incorpora al Circuito de Carreras populares
de la Diputación de Cuenca, clasificándose tercero en la categoría de Veteranos
A. Luego, ya no dejará de participar, obteniendo muy buenos resultados.
La historia deportiva
de Manuel Ruiz de Fez, como se puede ver, es una relación íntima con el
atletismo de fondo y de gran fondo, lo que hace de este deportista un ejemplo
de tesón y humildad.
En los últimos años su dedicación ha sido casi
exclusivamente al Circuito de la Diputación, con alguna incursión en maratón.
Así, decidió despedirse de la que para él es “la carrera de carreras”, “la que
te doctora en corredor popular”, en Madrid, en la edición del año 2017. Era la
cuadragésima edición y la corrió en compañía de tres amigos y compañeros de
entrenamiento: Josemi, Mario y Esteban. Los cuatro cruzaron la línea de meta en
un tiempo de 3 horas 40 minutos y 57 segundos. Manuel Ruiz –Gómez de Fez,
cuando habla de esta despedida, afirma
que sintió una especial emoción al cruzar la línea de meta (la décima maratón en
toda su carrera como corredor).
Manuel nos reconoce en esta entrevista que para él ser corredor popular
ha sido muy importante en su vida: . “Me
ha permitido tener más fuerza de voluntad, aprender a esforzarme para lograr
objetivos que en principio parecían inalcanzables, a exigirme a mí mismo, pero
sobre todo me quedo con toda la gente que he conocido en estos años, las
amistades, el ambiente de las carreras y el compañerismo”.
Desde hace años entrena en Cuenca con “Los hombres de Paco”, un grupo de amigos unidos por la pasión de correr. Entrenan juntos, viajan y compiten juntos, pero sobre todo se divierten con lo que más les gusta: correr. Y también de vez en cuando, hasta que la pandemia lo ha impedido, se juntaban para sus actos sociales: meriendas, almuerzos o cenas, eso sí, siempre después de haberse pegado un buen entrenamiento.
De su paso por el Club Atletismo San Clemente le quedan
unos recuerdos imborrables. Habla de que
fue su mejor etapa como corredor, la de más nivel, y en la que consiguió sus
mejores resultados. Pero, lo más importante para él es que, gracias a la gran
familiaridad que reina en el club, le quedan grandes compañeros y amigos en San
Clemente, donde se siente como en casa cada vez que asiste a una carrera.
Vivió en Sisante, donde ejerció como profesor de Educación
Física en el colegio. Siempre fomentó el
ejercicio físico entre sus alumnos. Como su pasión es el atletismo, hizo que compitieran en la pista y en el campo a través.
Y aunque los resultados eran buenos, su
objetivo principal era inculcar a los niños la práctica del deporte.
De hecho en 1996 creó,
junto a otros cuatro socios fundadores, el Club Atletismo Sisante que
fundamentalmente estaba encaminado al deporte base.
Esta trayectoria de Manuel
–Gómez Ruiz de Fez en la faceta deportiva,
hizo que en el 2003, el viernes de la
misma semana en la que cumplió su sueño de bajar de 3 horas en la maratón de
Madrid, recibiera de manos del presidente de Castilla-La Mancha, en aquel
momento José Bono, la medalla de bronce al Mérito Deportivo en nuestra
comunidad.
En la actualidad sigue corriendo, aunque ya casi centrado
exclusivamente en el Circuito de Carreras Populares Diputación de Cuenca, del
que espera terminar también su próxima edición, tal vez en 2022. Como anécdota
cuenta que lleva 206 carreras en los 17 Circuitos y que la carrera que la ha
disputado las 17 veces ha sido la de Iniesta, sin fallar a su cita en ninguna
edición.
Desde hace cuatro temporadas colabora en el programa SER
Runner Cuenca, en el que en compañía de su amigo Toni Duque y bajo la dirección
de Luisja García , tratan de dar voz al atletismo popular conquense. Por sus
micrófonos han pasado 138 invitados en los 115 programas emitidos hasta ahora.
Finalmente, cerramos
esta sucinta biografía deportiva de Manuel, dándole voz a lo que él
nos asevera: “Para mí, el correr es una forma de vida, una parte muy importante
de mi existencia. Y espero poder seguir
haciéndolo durante muchos años más”.
Maratones corridas: 10
Mejor marca en maratón: 2:58´25´´ (Madrid 27/04/2003)
Medias maratones: 40
Mejor marca en media maratón: 1:22´10´´ (Puerto de
Sagunto 24/04/2004)
Mejor marca en la C.P. Hoz del Huécar de Cuenca: 57´12´´
(Cuenca 04/06/2000)