DOMINGO, 22 DE DICIEMBRE DE 2013
Son las 7 de la mañana del 22 de Diciembre y
en la plaza de nuestro pueblo, nos encontramos un grupo de corredores veteranos
y también Júnior, preparados para un día deportivo en Aranjuez. Una carrera de
diez kilómetros, que por su perfil, se podría decir que es de las más rápidas
de todas a las que habitualmente asistimos, de esas a las que los corredores,
en nuestra jerga, conocemos como "un diez mil para hacer
marca".
Siempre
que he asistido me ha parecido que es muy rápida pero hoy me ha dado la sensación de que el perfil
es literalmente para volar, y quien llegue a esta cita en un buen momento de
forma, con seguridad podrá realizar su mejor marca personal en la distancia.
Dicho
esto, también he de decir, que en mi opinión, el no poder recoger el dorsal y
el chip el mismo día de la competición supone un engorro, ya que para los que
vivimos lejos nos supone un gran trastorno el desplazarnos hasta Aranjuez el
día anterior. Este año ha sido todo mucho mas fácil, gracias a la inestimable
colaboración Rafael Ruiz, nuestro sanitario. Gracias de nuevo Rafa, nos has hecho un gran favor.
A las once de la mañana estábamos frente a
la iglesia de Alpajés (también conocida como iglesia de la Virgen de las
Angustias,( las que van a pasar mas de uno en el día de hoy), frente a este
lugar, estuvimos viendo las carreras infantiles en las cuales participaron los
seis júnior que llevamos en la expedición.
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Bastante
antes, a eso de las diez menos cuarto, ya estábamos en el hospital del Tajo,
perteneciente a la comunidad de Madrid, recogiendo los dorsales y tomando un
café mañanero, que ya se echaba en falta. Lo cierto es que nos lo tomamos con mucha tranquilidad y sin prisas.
Es la ventaja de llegar con tiempo a los sitios, no pueden decir lo mismo todos
los que llegada la hora de la salida todavía andaban atascados intentando
aparcar el coche, como así se indicaba por la megafonía minutos antes de
empezar a correr.
De nuevo en la calle comprobamos que la
temperatura es muy fría, no en vano antes de bajarnos del coche el termómetro
de éste marcaba tan sólo cero grados.
Tras las fotos de rigor empezamos a
calentar, con bastante anarquía diría yo, y es que cuando nos juntamos tantos
corredores, es difícil que todos sigamos un mismo patrón, y cada uno va un poco
a su bola. Tras el, llamémosle calentamiento, nos dirigimos ya hacia la salida
buscando colocarnos cada uno en el lugar que nos corresponde. La organización,
con muy buen criterio ha establecido cajones de salida diferenciados por
tiempos y donde el color del dorsal de cada corredor le autoriza a entrar en
un corralito o en otro. Amarillos Sub-35, Rojos Sub-38, Azules Sub-40, Verdes
Sub-45, Blancos Sub-50.
Con
puntualidad británica, bajo la mirada del gran Federico Martín Bahamontes,
ganador del Tour de Francia de 1959, encargado de darnos hoy el pistoletazo de
salida, y acompañados por los Rolling Stones, comienza la cuenta atrás. Diez,
nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno y a correr.... EMPIEZA LA FIESTA.
La
salida la hemos hecho por una larguísima Avenida del Príncipe que desemboca en
una no menos larga calle de Las Moreras, donde está situado el primer kilómetro
que acabamos de completar a un ritmo de seis con cero cinco.De momento vamos en un
grupo muy bueno, con Vicente en cabeza y
Joaquín y pp Lube. Justo en este sitio, nos sorprende por detrás Almudena,
Isabel y Guillermo, que se unen al grupo y nos comentan que van a batir el
record de la prueba. Así pues, seguimos hacia adelante girando a la izquierda
en la última rotonda de la calle de Las Moreras y enfilando ya el paseo entre
árboles después de una pequeña bajadita donde he tenido la sensación de lo
rápida que es esta prueba. Se bajaba empujado por la gente a un ritmo
endiablado. Yo pensé que estos cambios de velocidad, nos pasarían factura.
En
este punto, y aunque muy agolpados todavía los corredores, ya empiezan a
abrirse algunos huecos que facilitan el mantener el ritmo, de todos modos
prefiero abrirme a la parte izquierda de la calzada e ir rebasando por ese lado
a una larga fila de esforzados atletas.
De
vez en cuando me giro para comprobar donde siguen mis compañeros, y así
compruebo que pegados a mi van Almu, Guille, e Isabel, y a escasos cinco metros
un poco más delante va Joaquín y a dos metros de él Vicente.
A
escasos metros de llegar al tercer kilómetro giramos nuevamente a la izquierda
para tomar una carretera algo mas estrecha y donde en su margen derecha nos acompaña
el río Tajo. Miro una vez mas el crono y compruebo que éste último kilómetro lo
hemos devorado por debajo de seis, seguimos en tiempo de conseguir el objetivo
marcado y con margen por si perdemos algo en los últimos
kilómetros.
Un
nuevo giro a la izquierda nos conduce a la conocida como carretera de Colmenar.
Pasamos
el kilómetro cuatro también con un buen crono y seguimos estando en la pelea,
Almudena e Isabel sigue aguantando como unas campeónas, aunque poco a poco
puedo ver que tanto Joaquín como Vicente se van despegando un poco. Guille, va
sobrado y le veo fuerte por lo que después de un giro de noventa grados a la
derecha y dentro ya de los famosos jardines de Aranjuez, le animo a no perder
contacto con el grupo de Vicente y Joaquín que poco a poco se va yendo hacia
adelante. Pero el y yo seguimos con las
chicas como guardia pretoriana, de las que no nos separáremos en toda la
carrera, hoy vamos a ser sus sombras.
En
la misma casa del labrador, dentro de los jardines Patrimonio de la Humanidad,
está situado el kilómetro que marca la mitad de la carrera, ya tenemos la mitad
en la saca, y eso anima bastante. En los últimos mil metros entre el cuarto y
el quinto kilómetro el crono se ha resentido unos segundillos, aunque seguimos
rondando a seis cero cuatro. Sigo animando a las campeonas, que van un poco forzadillas, por lo que de vez en
cuando aflojo un poquito para que pueda tomarse un respiro, pero enseguida
volvemos a la carga y seguimos pateando este entorno privilegiado.
Giramos
otro ángulo recto a la izquierda y protegidos por un numero incontable de
árboles centenarios y escoltados a nuestra derecha nuevamente por el río Tajo
seguimos pegando zancadas devorando a buen ritmo el paso por este vergel. Los
jardines, para los que nos recreamos en ello, son una maravilla, cuentan con
varias especies de árboles, entre éstas destacan algunas como pinos, magnolios,
cipreses, y madroños entre otras, pero sobre todos los demás destaca un
ejemplar llamado Plátano de la Trinidad que, con 220 años de edad y 56 metros
de altura, es el árbol más alto de la Comunidad de Madrid. En otras ediciones,
al ir a todo trapo, no tuve tiempo de recrearme con todas estas maravillas,
pero hoy es el día perfecto para poder hacerlo, estoy disfrutando de esta
carrera como no lo hacía hace mucho tiempo, es un verdadero lujo poder combinar
este paisaje con la mayor de mis aficiones, es un cóctel que no tiene precio y
me siento muy afortunado por ello.
Volviendo
a la carrera, voy constantemente intentando animar a mis compañeras de fatigas,
les recuerdo que no bajen la cabeza, que la mantengan erguida para intentar
captar la mayor cantidad de aire posible y no cerrar el paso de éste hacia los
pulmones. Nos adelantan algunos corredores, pero esto no me preocupa en
absoluto, esa no es nuestra guerra, nuestra batalla hoy es solamente contra los
10000 mts. Y creo a estas alturas de la prueba, que la tenemos ganada.
Pequeña
curva hacia la izquierda y nos topamos con la señal que nos indica que llevamos
ya seis mil metros recorridos a toda
pastilla, el ritmo se resiente un poco, pero estas chicas son de hierro.
En
esta parte de la carrera casi no hay gente animando, pero esto se soluciona
rápidamente ya que en las estribaciones del kilómetro siete ya empiezan a
llegarnos algunos aplausos de la gente que cada vez mas se van posicionando a
los laterales de la carrera. Pasado este kilómetro ya la afluencia de público
es cada vez mas numerosa, y nos hacen llegar el calor de sus ánimos durante
toda la larga recta que nos conduce a la salida de este enclave maravilloso.
Salimos de los jardines por una puerta a rebosar de espectadores, y que nos
despide del parque que durante estos últimos casi tres kilómetros ha sido
nuestro anfitrión.
Ahora pateamos el asfalto de la larguísima
calle de La Reina e Isabel comenta que lleva flato, se pone la mano izquierda
en el costillar, por debajo del pecho, en este momento y quedando una cuesta, y
algo más de dos kilómetros es cuando más ánimo necesitaba, así que bajamos un
pelín el ritmo.
Salimos
de la calle Reina Isabel, dando un giro a la derecha.Este giro desemboca en la
calle de Sóforas, donde se encuentra la única cuesta de todo el circuito, son
pocos metros, algo mas durillos en su inicio, pero que enseguida suavizan. La
remontamos con relativa calma y una vez coronada hacemos el último giro también
a la derecha para afrontar en ligera bajada nuevamente la calle de Las Moreras,
justo en este punto está situado el noveno kilómetro, por lo que de aquí hasta
meta solo resta echar toda la carne en el asador y darlo todo hasta pasar por
debajo del arco de meta.
Incrementamos
un poco el ritmo y zancada tras zancada vamos venciendo a esta prueba, cada vez
estamos mas cerca de línea de llegada, y aunque en los últimos kilómetros se
nos ha escapado un poco el crono, lo cierto es que veo que está en sus manos
conseguir llegar y además con una buena
marca, para ser el inicio en las competiciones de Isabel y el retorno de
Almudena. Los corredores sabemos que estamos formados de una pasta especial que
hace que en los momentos difíciles sepamos apretar los dientes y sufrir para
conseguir sus objetivos, y ese momento es ahora y aquí.
Pasamos una rotonda, la calle se hace
infinita, a lo lejos podemos ver ya la fuente que en la última rotonda nos
revela la situación de la meta, seguimos con la mirada fija en el horizonte y
ya no hay mas palabras, no hace falta decir nada más, sabemos lo que hay que
hacer y lo estamos haciendo. En el ambiente ya está el característico olor de
la meta, este juicio está visto para sentencia. A pocos metros Isabel y
Almudena reciben todo el cariño de su familia que se deja las manos
aplaudiendo, ya podemos ver el reloj, todavía no con nitidez, pero yo sé que va
a conseguir estar en una hora justa . Un último esfuerzo final, pasamos junto a
la última rotonda acicalada con una gran fuente y ya el arco de meta es
nuestro, últimos metros y llegamos parando el crono en un tiempo de una hora y
dos minutos.
Un poco antes ha entrado Vicente y Joaquín, aunque creo, que debieron cambiarse los Chip, puesto que no me cuadra que
entrase Joaquín antes que Vicente.
Quiero
destacar especialmente el tiempazo que se ha marcado nuestro presi. Valeriano, quien ha conseguido un fabuloso
crono de 41:25,. Nuestro campeón José Ángel, no se encontró en su mejor momento,
comenta que a partir del km. dos, notó que las piernas no le respondían, y es que
el sábado 21, estuvo en la Jareña, con un seismil a tope, todo esto pasa
factura.
Esta es mi bolsa del corredor, que nos regaló la organización. No se si
coincide con el resto de las bolsas de todos vosotros, puesto que Vicente, se
encargó del reparto y ya sabéis como se las gasta el abuelo.
Al margen derecho, dejo la clasificación de los adultos que participamos, y en este enlace el álbum fotográfico que hicimos en el casi se puede mascar el ambiente deportivo que se vivió en la prueba.
Después de pasar por el arco de meta y recibir una segunda bolsa de avituallamiento, en la encontramos productos para la hidratación y recuperación física, a parte de agua y dos mandarinas, (por cierto, muy dulces) nos fuimos hacia los vehículos a quitarnos el sudor y como dice nuestro amigo Checa, hacer un choco-tajas. (revuelto de sudor, desodorante y colonia). no es muy recomendable, pero resulta efectivo, pues de lo que se trata, es de secar el cuerpo y poner ropa seca, para evitar el frío. Nos juntamos toda la expedición para reponer fuerzas. Pensamos en un principio, salir de Aranjuez en dirección a San Clemente, pero una cosa es lo que se piensa y otra es lo que el destino nos reserva.
Resultó, que tuvimos un inconveniente con un vehículo, de los que formaban la caravana, por lo que tuvimos que improvisar un comedor, bajo los arcos de unas viviendas sociales, del propio Aranjuez, y fué un comedor muy acojedor. Allí hicimos acopio de provisiones en nuestros estómagos, muy vacíos de la larga jornada y del esfuerzo. Los nutrimos con las variadas viandas, que nos proporcionó el presi y el nieto de KIKE.
Después de llenar los depósitos, se comprobó que el vehículo averiado, ya funcionaba. La alegría fue tremenda y para celebrarlo, nos acercamos a un restaurante, junto a nuestro improvisado comedor y degustamos unos ricos cafés y algún combinado explosivo, que se toman los mas viejos y letrines del grupo.
La vuelta, fue sin novedad y ya estamos a la espera, del siguiente evento, en que todos juntos disfrutemos de este deporte y compañerismo, que nos hace cada día, mas grandes y mejores personas.
GRACIAS A TODOS Y FELIZ NAVIDAD.
Al margen derecho, dejo la clasificación de los adultos que participamos, y en este enlace el álbum fotográfico que hicimos en el casi se puede mascar el ambiente deportivo que se vivió en la prueba.
Después de pasar por el arco de meta y recibir una segunda bolsa de avituallamiento, en la encontramos productos para la hidratación y recuperación física, a parte de agua y dos mandarinas, (por cierto, muy dulces) nos fuimos hacia los vehículos a quitarnos el sudor y como dice nuestro amigo Checa, hacer un choco-tajas. (revuelto de sudor, desodorante y colonia). no es muy recomendable, pero resulta efectivo, pues de lo que se trata, es de secar el cuerpo y poner ropa seca, para evitar el frío. Nos juntamos toda la expedición para reponer fuerzas. Pensamos en un principio, salir de Aranjuez en dirección a San Clemente, pero una cosa es lo que se piensa y otra es lo que el destino nos reserva.
Resultó, que tuvimos un inconveniente con un vehículo, de los que formaban la caravana, por lo que tuvimos que improvisar un comedor, bajo los arcos de unas viviendas sociales, del propio Aranjuez, y fué un comedor muy acojedor. Allí hicimos acopio de provisiones en nuestros estómagos, muy vacíos de la larga jornada y del esfuerzo. Los nutrimos con las variadas viandas, que nos proporcionó el presi y el nieto de KIKE.
Después de llenar los depósitos, se comprobó que el vehículo averiado, ya funcionaba. La alegría fue tremenda y para celebrarlo, nos acercamos a un restaurante, junto a nuestro improvisado comedor y degustamos unos ricos cafés y algún combinado explosivo, que se toman los mas viejos y letrines del grupo.
La vuelta, fue sin novedad y ya estamos a la espera, del siguiente evento, en que todos juntos disfrutemos de este deporte y compañerismo, que nos hace cada día, mas grandes y mejores personas.
GRACIAS A TODOS Y FELIZ NAVIDAD.